10 malos hábitos de cuidado de la piel que están arruinando tu piel
Con el paso de los días, la gente se vuelve más informada sobre el cuidado de la piel. Han estado adoptando nuevos métodos para cuidar bien su piel no solo para lograr un mejor atractivo sino también para liberar la mejor forma de su piel. Además, también proporciona inmensos beneficios para la salud de la piel, manteniendo una textura saludable, hidratada y tersa que luce juvenil.
Pero dejando todo esto a un lado, las personas todavía tienen algunos malos hábitos que provocan daños en la piel y también provocan otros problemas cutáneos. Estos hábitos se pueden clasificar como voluntarios e involuntarios, ya que algunos se realizan con plena conciencia, mientras que otros se realizan simplemente con instintos parciales. Esta es una parte del cuidado de la piel que no recibe mucha atención pero que merece mucho más que cualquier otra cosa.
Malos hábitos en el cuidado de la piel que están arruinando tu piel y cómo solucionarlos
Aquí hay 10 malos hábitos que pueden llevar tu piel a una etapa perjudicial junto con las formas de solucionarlo.
1. Descuidar el desmaquillado antes de dormir
Mal hábito: acostarse por la noche sin limpiarse la cara y dejar el maquillaje intacto puede provocar la obstrucción de los poros, lo que podría culminar en brotes antiestéticos.
Solución: Antes de acostarte, incorpora constantemente a tu régimen el desmaquillado, empleando un desmaquillante suave o agua micelar , seguido de un limpiador facial adecuado.
2. Exfoliación excesiva
Mal hábito: La tendencia a disfrutar excesivamente de la exfoliación , ya sea mediante una frecuencia excesiva o exfoliaciones abrasivas, puede comprometer la barrera protectora de la piel. Puede provocar enrojecimiento y mayor sensibilidad.
Solución: Para contrarrestar esto, es aconsejable limitar la exfoliación a una frecuencia de 2-3 veces por semana y optar por un exfoliante suave compatible con tu tipo de piel. Prefiera los exfoliantes químicos como AHA o BHA en lugar de exfoliantes físicos fuertes.
3. Descuidar la protección solar
Mal hábito: El acto de descuidar la aplicación de protector solar expone la piel a los efectos perjudiciales del daño de los rayos UV, incluido el envejecimiento prematuro y una susceptibilidad elevada al cáncer de piel.
Solución: Para rectificar esto, considere la aplicación diaria de un protector solar de amplio espectro con un SPF de 30 o más, incluso en días nublados, junto con una reaplicación cuidadosa cada dos horas cuando se exponga a la luz solar.
4. Consecuencias de recogerse las espinillas
Hábito indeseable: Sucumbir al impulso de apretar o hurgar las imperfecciones faciales puede crear un caldo de cultivo para infecciones, cicatrices y la extensión prolongada del grano en las áreas afectadas.
Solución: Es aconsejable adoptar un enfoque más no intervencionista, permitiendo que los granos convalezcan de forma natural. De ser necesario contemplar la consulta de un dermatólogo para una extracción profesional.
5. Descuidar la hidratación
Mal hábito: La omisión de crema hidratante en su régimen de cuidado de la piel, incluso si su piel tiende a ser grasosa, puede provocar una deshidratación injustificada.
Solución: Para rectificar esta situación, administre de manera proactiva una crema hidratante adecuada que se alinee con su tipo de piel, garantizando así la preservación de una hidratación y equilibrio óptimos.
6. Utilizar productos con componentes agresivos
Mal hábito: La incorporación de productos para el cuidado de la piel llenos de componentes agresivos puede provocar una eliminación indebida de la capa natural de la piel, provocando una irritación no deseada.
Solución: opte por formulaciones para el cuidado de la piel que contengan ingredientes suaves y no irritantes. También es prudente realizar una prueba preliminar y embarcarse en una asimilación gradual de nuevos productos a su rutina de cuidado de la piel.
7. No eliminar el sudor después de un entrenamiento
Mal hábito: Permitir que el sudor permanezca en la piel después del ejercicio físico puede crear inevitablemente un ambiente propicio para los brotes posteriores al entrenamiento.
Solución: Después de tu sesión de entrenamiento, es aconsejable emplear un limpiador suave o toallitas faciales especializadas para eliminar sistemáticamente el sudor y las impurezas de tu piel.
8. Efectos nocivos del tabaquismo
Mal hábito: El placer de fumar tiene el potencial de instigar el envejecimiento prematuro y la degradación de la integridad de la piel.
Solución: Para rectificar esto, emprenda un viaje para mejorar tanto su salud general como su condición de la piel absteniéndose de fumar y, si lo considera necesario, recurra a los mecanismos de apoyo pertinentes para facilitar el proceso de dejar de fumar.
9. Uso de agua caliente
Mal hábito: El uso de agua hirviendo durante el ritual de limpieza facial conlleva el riesgo de despojar la piel de sus aceites inherentes, lo que podría precipitar la irritación.
Solución: En lugar de esto, se recomienda preferir prudentemente agua tibia al limpiar el rostro, asegurando así la preservación del equilibrio de humedad de la piel.
10. Hidratación inadecuada
Mal hábito: La falta de mantener niveles adecuados de hidratación puede manifestarse en un cutis desprovisto de su brillo inherente.
Solución: Para rectificar esto, se recomienda mantener diligentemente un régimen de hidratación adecuada mediante el consumo constante de una gran cantidad de agua durante todo el día, fomentando así no sólo una piel bien hidratada sino también el bienestar general.
Además de otros factores, como el estrés, la falta de sueño y el uso de productos caducados. Para lograr una mejor piel, téngalos en cuenta y asegúrese de no volver a cometer estos errores.
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