8 increíbles beneficios de las inmersiones polares
Las inmersiones polares se están volviendo populares en las redes sociales. Si parece que todos (atletas, biohackers, celebridades e incluso tu mejor amiga) lo están haciendo. Cuando das un salto polar, saltas o te lanzas a aguas muy frías. Los beneficios para el bienestar también son reales.
La inmersión polar a veces se realiza como parte de una gran recaudación de fondos realizada por adictos a la adrenalina. Todas las donaciones recaudadas por los émbolos se donan a una organización benéfica digna. Como quiera que la llames, punge polar o terapia con hielo, esta antigua práctica ha estado ofreciendo ventajas para la salud de la humanidad durante miles de años.
Si bien la exposición al frío tiene numerosas ventajas médicas, es importante tener cuidado al hacerlo y nunca ir solo.
Beneficios de las inmersiones polares
1) Ayuda en la recuperación
Muchos atletas profesionales y aficionados utilizan tratamientos con agua fría para promover la recuperación después de un entrenamiento intenso en colaboración con entrenadores autorizados o especialistas en atención médica. Existe alguna evidencia de que la inmersión en agua fría reduce el dolor muscular post-ejercicio.
2) Inflamación reducida
Una de las ventajas más buscadas del baño frío es su capacidad para aliviar la inflamación. Las inmersiones frías pueden desencadenar vasoconstricción, que es el cierre de los vasos sanguíneos que puede impedir el movimiento de sustancias químicas inflamatorias hacia el área.
Se ha demostrado que la exposición al frío disminuye la inflamación en el cuerpo humano, mientras que la terapia con frío puede ayudar a reducir las citoquinas que son proinflamatorias y alivian los síntomas inflamatorios.
3) Reducción de los niveles de estrés
Las inmersiones en agua fría también pueden ser beneficiosas para controlar el estrés. Existe un vínculo entre los baños de mar en invierno y la reducción de los niveles de ansiedad y el bienestar general.
Las personas que participan en inmersiones en el mar en invierno parecen ser más saludables que las que no lo hacen. También se han encontrado pequeñas disminuciones del mal humor, aumento del bienestar y aumentos del buen humor.
4) Inmunidad mejorada
Una ducha fría hace que los vasos linfáticos se contraigan, lo que obliga al sistema linfático a hacer circular el líquido linfático por todo el cuerpo.
El lavado de líquidos hace que los glóbulos blancos comiencen a atacar cualquier cuerpo extraño en el cuerpo humano. Durante las inmersiones heladas se liberan citoquinas y otras sustancias que estimulan el sistema inmunológico.
5) Energía mejorada
Probablemente hayas experimentado el efecto energizante de una ducha fría (ya sea de forma deliberada o no).
Los estudios revelan que solo 20 segundos en agua helada (40°F) provocan aumentos significativos de adrenalina (un neuroquímico que contribuye a hacernos sentir despiertos).
6) Sentido de logro
Parte del atractivo de las zambullidas en el hielo es el hecho de que sientes una descarga de adrenalina, exactamente como la que sentirías en una montaña rusa. Los niveles de dopamina aumentan y sientes una abrumadora sensación de éxito por lograr lo que quizás a tu cuerpo no le interesa.
7) Metabolismo mejorado
El metabolismo podría aumentar hasta un 350% después de una inmersión en frío. Es posible que este breve impulso único no queme muchas calorías, pero los episodios repetidos de exposición al frío pueden mejorar la producción de grasa parda en el cuerpo.
La grasa parda, a diferencia de la grasa humana normal, puede regular la temperatura corporal y quemar calorías. Por lo tanto, las inmersiones frías constantes pueden mejorar el metabolismo e incluso ayudar a controlar el azúcar en sangre.
8) Vínculo con amigos
Pasar tiempo al aire libre con amigos es mejor para la mente, el corazón y el alma que algunas otras cosas. En un día que ya hace frío, un rápido chapuzón en agua helada puede marcar una gran diferencia, especialmente cuando estás sonriendo y conversando con personas excelentes.
Encontrar actividades únicas y estacionales, como la exposición al frío, puede ser bastante bueno para nuestro bienestar físico y mental.
Quizás lo más importante es que la exposición frecuente a temperaturas gélidas hace que la mente se sienta cómoda en un incómodo estado de malestar, y eso mejora su capacidad para afrontar otros tipos de estrés.
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