Gran riesgo y grandes ganancias: búsqueda espacial confirmada

Gran riesgo y grandes ganancias: búsqueda espacial confirmada

Interceptor de cometas agachado, dragón oculto

La ESA ha aprobado el proyecto Comet Interceptor, que se supone que es una nave de investigación que se «parará» en el espacio y esperará allí la aparición de un cometa de larga vida (es decir, que llega desde fuera de nuestro sistema planetario, regresando a la vecindad del Sol con menos frecuencia, que una vez cada 200 años). Este tipo de cometas se observan solo unos meses antes de que se acerquen al sistema solar interior. Por tanto, la preparación de una nave espacial suspendida es más sencilla y tiene más sentido que organizar un lanzamiento desde la Tierra en tan poco tiempo.

Un interceptor de cometas puede esperar años para conocer su posición (según las estimaciones más optimistas, una oportunidad conveniente para la investigación aparecerá después de 6 años de espera). Hay un 80 por ciento de posibilidades de interceptar un cometa a largo plazo dentro de un tiempo razonable que la nave pasa «en el estacionamiento», dicen los científicos, pero si ese encuentro no ocurre, la misión se centrará en estudiar uno de los cometas de corta duración que nos persiguen (como el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, nos dirigimos aquí en busca de ayuda en el estudio).

Depredador europeo, pero con garras de dragón.

Una vez aprobada la misión en la primera quincena de junio, la ESA toma las decisiones de diseño. La misión incluirá la nave espacial principal y dos sondas, una de las cuales será construida por la Agencia Espacial Japonesa (JAXA). Las sondas se acercarán al cometa muy cerca de 400 kilómetros, mientras que la propia nave espacial permanecerá a unos 1.000 kilómetros del objeto para evitar daños por los escombros.

La construcción de la nave principal y una de las sondas estará a cargo de uno de los fabricantes europeos que cooperan con la ESA, la británica Thales Alenia Space o la italiana OHB Italia.

Ubicación de la emboscada – L2

La misión, prevista para 2028, llevará al Comet Interceptor al segundo punto de Lagrange (punto de libación L2). Este es un lugar en la órbita terrestre profunda, donde el objeto podrá descansar contra las fuerzas gravitatorias de la Tierra y el Sol. La misma misión también entregará el nuevo telescopio Ariel al punto de libración, que estudiará exoplanetas lejos de este punto. El telescopio James Webb recientemente lanzado también se encuentra allí.

Propósito de la caza espacial.

Por primera vez, los científicos decidieron organizar una misión de investigación de «respuesta rápida» de este tipo. ¿Qué esperan encontrar? En primer lugar, un cometa procedente del exterior de nuestro sistema es una especie de «mensaje en una botella» que nos dará el primer vistazo de material que no está contaminado por la influencia de los elementos que habitan en nuestro sistema solar. La composición del hielo de agua y el polvo puede decirnos mucho sobre las condiciones más allá de nuestro pequeño rincón del espacio. En primer lugar, será una penetración sin precedentes en áreas del universo que aún no hemos podido explorar.

Fuente: nature.com 

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