La memoria humana en la era digital: ¿qué tal?

La memoria humana en la era digital: ¿qué tal?

¿Demencia digital? ¿O tal vez ayuda digital? 

Hace casi diez años, apareció en los estantes de las tiendas polacas un libro llamado “Digital Dementia”. Su autor es Manfred Spitzer, conocido psiquiatra y neurocientífico, según el cual nuestra creciente adicción a los aparatos electrónicos y a los medios digitales acarrea muchos problemas, entre los que, además de la soledad o la depresión, se encuentra el deterioro de la concentración, la pérdida de pensamiento independiente, habilidades y memoria deterioradas.

Es un hecho indiscutible que cada vez más trasladamos las tareas que estaban en nuestra cabeza, incluso a nuestro teléfono. Ya no necesitamos memorizar información porque podemos encontrarla en Internet en cualquier momento. Tampoco recordamos aquellos que no encontramos en línea, incluso almacenamos números de teléfono, direcciones de amigos o casos en nuestros dispositivos electrónicos. 

La subcontratación de memoria puede tener un efecto positivo

Según Spitzer y quienes sustentan su tesis, todo esto supone una gran amenaza y conduce a cierto tipo de amnesia. Sin embargo, investigaciones recientes realizadas por científicos del University College London parecen contradecir esto. La «externalización» específica de nuestra memoria no debe destruir la capacidad de recordar cosas. De hecho, liberar espacio puede incluso permitir que nuestro cerebro recuerde más información. 

Científicos de Londres han desarrollado un juego de memoria en el que tienes que arrastrar círculos numerados hacia la izquierda o hacia la derecha. La mitad de ellos eran caros y la mitad eran bajos. En cada jugada, se hicieron varios intentos para averiguar qué círculos eran cuáles, para finalmente obtener el premio más alto posible. Inicialmente, los participantes del estudio tenían que usar solo su memoria, pero luego se les permitió registrar cierta información en el teléfono. La mayoría de ellos anotaron los números de los distritos de alto valor, pero la prueba mostró que también recordaban mejor qué distritos eran de bajo valor (aunque no anotaron esta información). 

Según Sam Gilbert, uno de los científicos detrás del estudio, esto sugiere que los sujetos pueden haber liberado parte de su memoria para almacenar información de orden inferior. Así, al final, el teléfono no solo no empeoró su rendimiento, sino que incluso lo mejoró. 

“Usar un dispositivo ha cambiado la forma en que las personas usan su memoria para almacenar información importante y menos importante”, explica Gilbert. Continúa explicando que cuando las personas tienen que confiar únicamente en su memoria, automáticamente almacenan solo la información más importante en ella. Los medios externos cambian esto. 

Chris Bird, neurocientífico cognitivo de la Universidad de Sussex, tiene una opinión similar y argumenta que poco ha cambiado a lo largo de los años. De hecho, solo hemos cambiado los soportes utilizados. En lugar de libros y cuadernos, tenemos Internet y teléfonos. “Siempre descargábamos cosas a medios externos, lo que nos permitía llevar una vida más compleja. […] Esto te permite concentrarte y recordar otras cosas”, cree el científico. 

Las notas en el teléfono y las notas en un cuaderno son dos cosas diferentes.

Sin embargo, no hay rosas sin espinas, y Manfred Spitzer tiene razón. Dado que, por un lado, somos capaces de recordar más, la pérdida del teléfono hace que perdamos alguna información (y normalmente más importante). Esto fue confirmado por un estudio realizado por científicos de Londres. Después de borrar las notas telefónicas, los sujetos recordaban solo las vueltas de bajo valor. En resumen: cuando guardamos información en soportes externos, liberamos nuestra propia memoria de la obligación de almacenarla. 

Cabe recalcar aquí que esta situación se da únicamente en el caso de los dispositivos digitales. Al mismo tiempo, existen estudios que confirman que escribir información a mano en cuadernos y blocs de notas contribuye a su memorización. Es decir, activa un proceso neuronal complejo por el cual eventualmente podemos extraer información sin siquiera mirar una nota escrita a mano. 

Por ello, Sam Gilbert destaca que aunque “los resultados muestran […] que el uso de dispositivos externos no provoca demencia digital e incluso puede mejorar nuestra memoria”, sin embargo “es necesario recordar crear copias de seguridad no volátiles de la información vital” .. «Observa que el teléfono no tiene tales copias no volátiles. 

Fuente: University College London, New Atlas.

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