¿Cuánto tiempo lleva crear un hábito? Aquí está la verdad
Si te preguntas cuánto tiempo lleva crear un hábito, es posible que hayas llegado al lugar indicado. Crear un hábito suele tardar unos 21 días, pero puede variar. Estudios recientes sugieren que un promedio de 66 días es más preciso para la mayoría de las personas.
El plazo depende de la coherencia del individuo, la complejidad del hábito y las circunstancias personales. Los hábitos simples, como beber más agua, pueden formarse más rápido, mientras que los complejos, como el ejercicio diario, pueden tardar más.
Es fundamental mantener la motivación y la coherencia durante este período. Recuerda, la paciencia y la perseverancia son claves para establecer con éxito un nuevo hábito, ya que el proceso es gradual y requiere un esfuerzo sostenido en el tiempo.
¿Cuánto tiempo lleva crear un hábito?
Crear un hábito es un proceso matizado, sujeto a las diferencias individuales y a la naturaleza del hábito mismo. Contrariamente a la creencia generalizada de que se necesitan 21 días para establecer un nuevo hábito, estudios más recientes y con base científica sugieren un panorama más complejo.
Esta idea errónea se remonta a las observaciones del Dr. Maxwell Maltz en la década de 1960, que, si bien fueron influyentes, no fueron probadas rigurosamente en estudios empíricos.
Un estudio fundamental realizado por Phillippa Lally y su equipo en el University College London, publicado en 2009 en el European Journal of Social Psychology, arroja más luz sobre este tema. Su investigación, en la que participaron 96 participantes durante 12 semanas, sugiere que, en promedio, se necesitan unos 66 días para que un nuevo comportamiento se vuelva automático.
Sin embargo, el estudio también descubrió un rango considerable en este proceso, ya que la formación del hábito tarda entre 18 y 254 días. La variación subraya la influencia de varios factores, incluida la complejidad del hábito, las experiencias previas del individuo y su entorno.
Las investigaciones destacan que la coherencia en el comportamiento es más crucial que la duración per se. Adoptar el nuevo comportamiento con regularidad, preferiblemente en un contexto coherente, es clave para formar un hábito.
Curiosamente, el estudio también encontró que omitir un comportamiento durante uno o dos días no afecta significativamente el proceso de formación de hábitos. Sin embargo, mantener la motivación y la perseverancia en todo momento es esencial, ya que la formación de hábitos es inherentemente un proceso gradual y a menudo desafiante.
Además, este estudio y otros similares ilustran que el proceso de formación de hábitos no es lineal. Las primeras etapas pueden implicar un esfuerzo e intención más conscientes, pasando gradualmente a un comportamiento más automático a medida que el hábito se arraiga.
¿Cuál es la mejor manera de desarrollar un hábito?
Para desarrollar un hábito de manera efectiva, es importante combinar acciones consistentes con objetivos realistas y una buena comprensión de sus propios comportamientos. Empiece por establecer objetivos claros y alcanzables. Asegúrese de que estos objetivos sean específicos, mensurables y tengan una fecha límite clara.
Esto los hace más fáciles de alcanzar y menos intimidantes. Por ejemplo, en lugar de simplemente decir que quieres «hacer ejercicio más», establece una meta como «caminar 30 minutos todos los días». Esto es mucho más específico y más fácil de rastrear.
En el corazón de la formación de hábitos se encuentra el poder de la coherencia. La participación regular en la actividad deseada, preferiblemente a la misma hora o en el mismo lugar cada día, la solidifica como un hábito.
Esta formación de rutinas reduce la dependencia de los niveles fluctuantes de motivación e integra el comportamiento en la vida diaria. Sin embargo, es fundamental abordar el proceso con paciencia y comprender que los errores ocasionales no interrumpen significativamente el proceso de creación de hábitos.
Reconocer y comprender los factores desencadenantes que conducen a comportamientos específicos también son elementos clave en este proceso.
Además, recompensarse por seguir el nuevo hábito puede servir como un importante impulso de motivación. Esto podría variar desde el simple reconocimiento personal del progreso hasta pequeñas recompensas después de alcanzar hitos concretos.
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