El microplástico es un problema que definitivamente no es “micro”.
Hay 14 millones de toneladas de microplásticos en el fondo del océano, pequeñas partículas de plástico que a menudo ni siquiera son visibles a simple vista. Sin embargo, el problema de los microplásticos está mucho más cerca de nosotros de lo que crees. Un estudio de WWF encontró que la persona promedio ingiere (inhala o bebe) suficientes microplásticos en una semana para hacer una tarjeta de crédito .
De una forma u otra, hace tiempo que se sabe que los microplásticos no tienen problemas graves para llegar a nuestro tracto digestivo . La mayor parte se encuentra en el agua embotellada, pero se encuentra incluso en el «agua del grifo». Entra al agua y al aire de muchas maneras, incluso al lavar y secar la ropa, conducir un automóvil o cepillarse los dientes. Sin embargo, estudios recientes muestran que las cosas son incluso peores de lo que pensábamos.
Microplásticos encontrados en la sangre
Científicos de la Dutch Vrije Universiteit en Amsterdam han utilizado herramientas analíticas innovadoras, y los resultados de este estudio han arrojado resultados muy desagradables. Por primera vez, se han encontrado microplásticos en la sangre humana , lo que sugiere que las partículas de plástico se absorben en el torrente sanguíneo.
Se registró un resultado “positivo” (es decir, la presencia de microplásticos en la sangre) en hasta tres cuartas partes de los encuestados , y cada uno de ellos era un donante de sangre perfectamente sano. La concentración promedio fue de 1,6 microgramos por mililitro, es decir, una cucharadita de plástico por cada 1000 litros de sangre . Las formas más comunes fueron: tereftalato de polietileno, polietileno y polímeros de estireno; esto sugiere que (como era de esperar) los microplásticos ingresaron al cuerpo por inhalación o ingestión.
Este puede no ser el final de las malas noticias.
Los detalles de cómo los microplásticos en el torrente sanguíneo pueden afectar la salud humana siguen sin estar claros. Sin embargo, los estudios en animales no sugieren buenas noticias. Se ha informado que los ratones contribuyen al colesterol alto y las enfermedades cardíacas, y se han informado aneurismas y deterioro cognitivo en los habitantes del mar y del océano.
Por supuesto, el asunto no acaba con la entrada de microplásticos en la sangre. Otro problema puede ser que estas partículas acaben en tejidos y órganos. Los investigadores de este tema ahora están comprometidos con científicos de los Países Bajos.
Fuente: Nuevo Atlas, National Geographic, WWF, información propia.
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